viernes, 15 de junio de 2018

AL PASIVO LO HICE ACTIVO

Muy buenas noches a todos.


Este relato que les contaré sucedió anoche a las 23:30 hs. Recibí una llamada de un cliente que quería un servicio se escuchaba muy desesperado y me pidió una cita en una hora. Perfecto, yo le di la información y la cita quedó hecha. 


Me llamó y me dijo que ya estaba afuera de mi departamento, entonces, le dije dónde me encontraba. Luego subió, le abrí; -pasa mi amor-, le dije. Él llegó exactamente a las 0:22 hs. En cuanto lo vi, me recordó mucho a mi perro Inuki. Medía 1.70, blanco como la nieve, medio calvillo, de unos 30 años, ojos de color café claros. 


Me pagó y le dije -acuéstate papi- seguí -desvístete que te haré mío-. Lo acosté, le empecé a dar un masaje y en el cuarto retumbaba una música erótica, deliciosa, del grupo Enigma. Después de un rato de arduo trabajo dándole masaje en todo su cuerpo, empezamos a juguetear, yo con sus nalgas y él con mis partes íntimas de 20 centímetros. Empecé a frotarme contra su espalda y con sus nalgas blancas bien ricas, paraditas, como la nieve, se parecía tanto a mi perro... Me enamoré de él. 


Él, estando boca abajo, se giró para masturbarme y darme unas mamadas super ricas e intensas... -¡Oh sí!-, exclamé, -paraces profesional-, seguí, -más bien eres, un profesional-. -¿Quién es mi perra putita?- le dije, -¡yo ama, yo lo soy!- me respondió. Me sorprendí, senti como si estuviera con mi ex-perro Inuki que lo amo tanto, pero seguimos así, por mucho tiempo hicimos todas las posiciones de sexo oral en la cama. Después, yo me subí arriba de él haciéndome sexo oral, y yo, frotando mis glúteos contra su caramelo mágico real. Estuvimos así por un rato, me calentó tanto con todo lo que hacíamos, que le exclamé -putita, ¡métemela!-, él se quedó pensando muy serio y respondió -nomas tantito-, -¡cuál pinche tantito!- le respondí, -ya estoy aquí, ahora me cumples-.


Me senté arriba de él y no tardó mucho para entrar dentro de mi, solo vi como su cara se tornaba roja de placer. Él, rojo de furia me la empezó a meter una y otra y otra y otra vez; me dolía, pero lo disfrutaba. Yo quería que entrara más y más adentro, pero no podía porque la tenía de 17, ¡y yo quería más¡ Después de un rato de estar yo arriba de él (y sentirme como toda una súcubo) le dije -empíname-, entonces, me empinó en la cama y me la empezó a meter una y mil veces más. ¡Se sentía tan bien! Después de un rato de estar en esa posición, me exclamó -acuéstate-, y me la empezó a meter acostada.

Estuvimos un rato en esa posición, luego, volvió a subirme encima de él, después, me cargó y me la empezó a meter en el aire. -Papi, ¿quieres mamármela otra vez?- le pregunté, -¡sí, ama, sí!- me contestó. Me senté y él empezó a chuparme mil y una veces más, tan intensamente, que hasta los vidrios se empañaron, los espejos, ni se diga...

Después le dije -papi, ¿quieres que me venga en tu boca?-. -No, espera falta que me cojas tu a mí- respondió, -¿quieres qué te coja?- seguí, -¡sí! asintió. -¡Espera, métemela un rato más y luego yo lo hago contigo- contesté. Otra vez me cargó y me la empezó a meter tan intensamente y sentí un dolor y un éxtasis que se tornaba en furia. Recuerdo que apretaba su cuerpo dejando las marcas de mis manos en su piel blanca como la nieve, después de un tiempo me desprendí de él, me volvió a ensartar y a desprender... -ya basta- exclamé, -tengo que cojerte yo-. Lo empiné, se veían tan ricas sus nalgas blancas, respingaditas que le metí una nalgada bien surtida, se la empecé a meter, lo puse empinado, luego, lo puse contra la pared, lo acosté, y, después de mucho tiempo así, otra vez me la empezó a mamar ya llegando al climax. Habían pasado como tres horas, y me dijo -quiero que te vengas-, me la empezó a chupar muchas veces; lamía la cabecita tan rico, que empecé a gemir de placer como en todo el jugueteo hasta que me hizo venir en su boca y en su cara. 

Corría y corría demasiada lechita, caía sobre él, sobre su bello rostro, se parecía tanto a Inuki... Entonces terminé de venirme y siguió mamando; cuando reaccioné, se me volvió a parar el asunto y que otra vez me vuelvo a venir en su boca, esta vez alcanzó a tragárselo todo en esa segunda venida de mí. Él se vino también y empezó a gemir, gimió tanto que nos encantó.

Cuando terminamos, nos vestimos, conversamos un momento y él me dijo -quiero ser tu esclavo sexual-... ¡Mi nuevo Inuki! -¿Qué pasara con Inuki?- pensé, -ya veremos- le respondí. Quedamos de separar otra cita para el fin de semana porque según me dijo él, le encantó. Abrí la puerta y se marchó. Yo simplemente salté a la cama, complacida, pensando en todos los besos en la nuca, en el cuello, en la espalda que él me dio y yo le di... en todo, pero bueno a dormir ya.

FIN...

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SERENIA

SERENIA LILITH ANDRADE

HOLA... SOY SERENIA... ¿QUIERES SABER QUIÉN SOY? DÉJAME CONTÁRTELO ASÍ... SOY UNA CHICA ESPECIAL DE NUEVO LEÓN, MONTERREY... ¿ESPECIAL? SÍ...